Saltar al contenido

Cómo Mejorar Tu Inteligencia Emocional. 7 Consejos

La Inteligencia Emocional (o IE, para abreviar) es una alternativa controvertida, pero ampliamente discutida, al coeficiente intelectual tradicional. La IE mide nuestra capacidad para percibir nuestras propias emociones, así como las de los demás, y para gestionarlas de forma productiva y saludable.

La IE es fundamental para nuestra experiencia vital y puede influir en el éxito de nuestras relaciones y carreras. Sea cual sea la etapa de la vida en la que te encuentres, puedes utilizar los siete sencillos pasos que se indican a continuación para mejorar tu Inteligencia Emocional y desarrollar tu autoconciencia y empatía.

La inteligencia emocional puede desarrollarse si prestamos atención a nuestros pensamientos.

1-Practica la observación de cómo te sientes

En el proceso de ir de un compromiso a otro, cumplir con los plazos y responder a las demandas externas, muchos de nosotros perdemos el contacto con nuestras emociones. Cuando hacemos esto, es mucho más probable que actuemos de forma inconsciente, y nos perdemos la valiosa información que contienen nuestras emociones.

Siempre que tenemos una reacción emocional a algo, estamos recibiendo información sobre una situación, persona o acontecimiento concreto. La reacción que experimentamos puede deberse a la situación actual, o puede ser que la situación actual nos esté recordando un recuerdo doloroso y no procesado.

Cuando prestamos atención a cómo nos sentimos, aprendemos a confiar en nuestras emociones y nos volvemos mucho más hábiles para gestionarlas. Si te sientes fuera de práctica, prueba el siguiente ejercicio:

Pon un temporizador en varios momentos del día. Cuando suene el temporizador, respira profundamente y observa cómo te sientes emocionalmente. Presta atención a los puntos en los que esa emoción se manifiesta como un sentimiento físico en tu cuerpo y a cómo es la sensación. Cuanto más practiques esto, más se convertirá en algo natural.

2- Presta atención a tu comportamiento

Como he mencionado anteriormente, una parte clave para mejorar nuestra IE es aprender a gestionar nuestras emociones, algo que sólo podemos hacer si somos conscientes de ellas.

Mientras practicas tu conciencia emocional, presta atención también a tu comportamiento. Fíjate en cómo actúas cuando experimentas ciertas emociones y cómo afecta eso a tu vida diaria. ¿Influye en tu comunicación con los demás, en tu productividad o en tu sensación general de bienestar?

Una vez que somos más conscientes de cómo reaccionamos a nuestras emociones, es fácil entrar en el modo de juzgar y empezar a poner etiquetas a nuestro comportamiento. Intenta abstenerte de hacerlo en este momento, ya que será mucho más probable que seas honesto contigo mismo si no te juzgas al mismo tiempo.

3- Asume la responsabilidad de tus sentimientos y tu comportamiento

Este es probablemente el paso más difícil, pero también el más útil. Tus emociones y tu comportamiento provienen de ti, no de nadie más, por lo tanto, tú eres el responsable de ellos.

Si te sientes herido en respuesta a algo que alguien dice o hace, y arremetes contra él, eres responsable de ello. No te han «obligado» a arremeter contra ti (al fin y al cabo, no te controlan con hilos de marioneta), sino que tu reacción es tu responsabilidad.

Del mismo modo, tus sentimientos pueden proporcionarte información valiosa sobre tu experiencia con la otra persona, así como tus propias necesidades y preferencias, pero tus sentimientos no son responsabilidad de otra persona.

Una vez que empieces a aceptar la responsabilidad de cómo te sientes y cómo te comportas, esto tendrá un impacto positivo en todas las áreas de tu vida.

4- Practica la respuesta, en lugar de la reacción

Hay una diferencia sutil pero importante entre responder y reaccionar.

Reaccionar es un proceso inconsciente en el que experimentamos un desencadenante emocional y nos comportamos de una manera inconsciente que expresa o alivia esa emoción (por ejemplo, sentirse irritado y arremeter contra la persona que acaba de interrumpirte).

Responder es un proceso consciente que implica darse cuenta de cómo te sientes, y luego decidir cómo quieres comportarte (por ejemplo, sentirte irritado, explicar a la persona cómo te sientes, por qué no es un buen momento para interrumpirte, y cuándo sería mejor).

5- Practica la empatía contigo mismo y con los demás

La empatía consiste en comprender por qué alguien se siente o se comporta de una manera determinada y ser capaz de comunicarle esa comprensión. Se aplica a nosotros mismos y a otras personas, y la práctica de esta capacidad mejorará su IE.

Empieza practicando contigo mismo. Cuando notes que te sientes o te comportas de una manera determinada, pregúntate «¿Por qué creo que me siento así/hago esto?». Al principio, tu respuesta puede ser «no lo sé», pero sigue prestando atención a tus sentimientos y a tu comportamiento, y empezarás a notar que aparecen respuestas diferentes.

6- Crea un entorno positivo

Además de practicar las habilidades que he mencionado hasta ahora (autoconciencia, autorresponsabilidad y empatía), dedícate a notar lo que va bien y en qué aspectos de tu vida te sientes agradecido.

Crear un entorno positivo no sólo mejora tu calidad de vida, sino que también puede contagiar a las personas que te rodean.

7- Recuerda que la IE es un proceso que dura toda la vida

La IE no es algo que se desarrolla una vez y luego se abandona. Es una práctica de por vida, y es posible seguir mejorando. Incluso cuando sientas que has dominado estos pasos, recuerda seguir practicando y cosecharás los beneficios de la IE durante el resto de tu vida.

Ismael Abogado

Ismael Abogado

Psicólogo y aprendiz constante de la mente y el alma.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *