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El Efecto Espectador en Psicología

Si presenciaras una emergencia ante tus ojos, seguro que tomarías algún tipo de medida para ayudar a la persona en apuros, ¿verdad? Aunque a todos nos gustaría creer que esto es cierto, los psicólogos sugieren que el hecho de intervenir o no dependerá del número de testigos presentes.

El efecto espectador es estudiado en psicología.

El término efecto espectador se refiere al fenómeno por el cual cuanto mayor es el número de personas presentes, menos probable es que la gente ayude a una persona en apuros. Cuando se produce una situación de emergencia, es más probable que los observadores actúen si hay pocos o ningún otro testigo. Formar parte de una gran multitud hace que ninguna persona tenga que asumir la responsabilidad de una acción (o inacción).

En una serie de estudios clásicos, los investigadores Bibb Latané y John Darley descubrieron que el tiempo que tarda el participante en actuar y buscar ayuda varía en función del número de observadores que haya en la sala. En un experimento, se colocó a los sujetos en una de las tres condiciones de tratamiento: solos en una habitación, con otros dos participantes o con dos confederados que fingían ser participantes normales.

Mientras los participantes se sentaban a rellenar los cuestionarios, el humo empezó a llenar la habitación. Cuando los participantes estaban solos, el 75% informó del humo a los experimentadores. En cambio, sólo el 38% de los participantes en una habitación con otras dos personas informó del humo. En el último grupo, los dos confederados del experimento notaron el humo y luego lo ignoraron, con lo que sólo el 10% de los participantes informó del humo.

Otros experimentos realizados por Latané y Rodin (1969) descubrieron que el 70% de las personas ayudarían a una mujer en apuros cuando fueran los únicos testigos. Pero sólo un 40% ofrecía ayuda cuando había otras personas presentes.

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El ejemplo más citado del efecto espectador en los libros de texto de introducción a la psicología es el brutal asesinato de una joven llamada Catherine «Kitty» Genovese. El viernes 13 de marzo de 1964, Genovese, de 28 años, volvía a casa del trabajo. Cuando se acercaba a la entrada de su apartamento, fue atacada y apuñalada por un hombre que posteriormente fue identificado como Winston Moseley.

A pesar de las repetidas llamadas de auxilio de Genovese, ninguna de la docena de personas del edificio de apartamentos cercano que escucharon sus gritos llamó a la policía para informar del incidente. El ataque comenzó a las 3:20 AM, pero no fue hasta las 3:50 AM que alguien contactó por primera vez con la policía.

Un artículo inicial en el New York Times dio un carácter sensacionalista al caso e informó de una serie de inexactitudes en los hechos. Un artículo publicado en el número de septiembre de 2007 de la revista American Psychologist concluye que la historia se ha tergiversado en gran medida debido a las inexactitudes publicadas repetidamente en artículos de prensa y libros de texto de psicología.1

Si bien el caso de Genovese ha sido objeto de numerosas tergiversaciones e inexactitudes, en los últimos años se ha informado de otros muchos casos. Está claro que el efecto espectador puede tener un gran impacto en el comportamiento social, pero ¿por qué se produce exactamente? ¿Por qué no ayudamos cuando formamos parte de una multitud?

Hay dos factores principales que contribuyen al efecto espectador. En primer lugar, la presencia de otras personas crea una difusión de la responsabilidad. Al haber otros observadores, los individuos no se sienten tan presionados para actuar. Se cree que la responsabilidad de actuar se comparte entre todos los presentes.

La segunda razón es la necesidad de comportarse de forma correcta y socialmente aceptable. Cuando los demás observadores no reaccionan, los individuos suelen tomarlo como una señal de que la respuesta no es necesaria o no es apropiada.

Los investigadores han descubierto que es menos probable que los espectadores intervengan si la situación es ambigua. En el caso de Kitty Genovese, muchos de los 38 testigos declararon que creían estar presenciando una «pelea de amantes» y no se dieron cuenta de que la joven estaba siendo asesinada.

Una crisis suele ser caótica y la situación no siempre está clara. Los espectadores pueden preguntarse qué está pasando exactamente. En esos momentos, la gente suele mirar a otros miembros del grupo para determinar lo que es apropiado. Cuando ven que nadie más reacciona, se envía una señal de que tal vez no sea necesario actuar.

¿Qué se puede hacer para superar el efecto espectador? Algunos psicólogos sugieren que el simple hecho de ser consciente de esta tendencia es quizá la mejor manera de romper el ciclo. Cuando te enfrentes a una situación que requiera acción, entiende cómo el efecto espectador puede estar frenándote y toma conscientemente medidas para superarlo. Sin embargo, esto no significa que debas ponerte en peligro.

Pero, ¿y si eres tú la persona que necesita ayuda? ¿Cómo puedes inspirar a la gente para que te eche una mano? Una táctica que se recomienda a menudo es señalar a una persona de entre la multitud. Establezca contacto visual y pida ayuda específicamente a esa persona. Al personalizar e individualizar tu petición, es mucho más difícil que la gente te rechace.

Ismael Abogado

Ismael Abogado

Psicólogo y aprendiz constante de la mente y el alma.

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