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¿Qué es el desplazamiento en Psicología?

El desplazamiento es un mecanismo de defensa psicológico en el que una persona redirige una emoción negativa desde su fuente original a un receptor menos amenazante. Un ejemplo clásico de esta defensa es la agresión desplazada. Si una persona está enfadada pero no puede dirigir su ira hacia la fuente sin consecuencias, puede «descargar» su ira en una persona o cosa que suponga un menor riesgo.

Existen varios tipos de desplazamiento como mecanismo de defensa.

Los mecanismos de defensa son las estrategias inconscientes que las personas utilizan para hacer frente a sentimientos inaceptables. A diferencia de las estrategias de afrontamiento conscientes que utilizamos para manejar el estrés diario, los mecanismos de defensa operan a un nivel totalmente inconsciente.

Los mecanismos de defensa son una forma en que la mente intenta inconscientemente reducir la ansiedad y restablecer el equilibrio emocional. Las defensas psicológicas operan sin conciencia para ayudar a hacer frente a personas, cosas o entornos amenazantes.

Aunque las personas no sean conscientes de estos sentimientos e impulsos, siguen influyendo en el comportamiento y pueden causar ansiedad.

Cuando las personas utilizan el desplazamiento, la mente percibe que reaccionar ante la fuente original de frustración podría ser inaceptable, incluso peligroso. En su lugar, nos encuentra un tema menos amenazante que puede servir como una salida más segura para estos sentimientos negativos

Tipos de Ansiedad. Descúbrelos

Los mecanismos de defensa son muy comunes y suelen ser un aspecto normal del funcionamiento diario. El desplazamiento como defensa nos ayuda a canalizar emociones e impulsos que podrían considerarse inapropiados o perjudiciales hacia salidas más saludables, seguras o productivas.

Cuando se utilizan adecuadamente, las defensas como el desplazamiento nos protegen de los sentimientos negativos, ayudan a minimizar la decepción, protegen nuestra autoestima y gestionan los niveles de estrés. El desplazamiento puede protegernos de la ansiedad ocultando las cosas que nos resultan estresantes o inaceptables y ayudando a preservar nuestro sentido del yo.

Pero los mecanismos de defensa como el desplazamiento también pueden ser inútiles si las personas confían demasiado en ellos, o cuando conducen a conductas e interacciones problemáticas con los demás. El uso excesivo de estos mecanismos puede contribuir al malestar psicológico y al mal funcionamiento.

El desplazamiento sirve para redirigir los sentimientos, pero también tiene el potencial de causar daño. Hay varios factores que influyen en cómo y cuándo se produce el desplazamiento.

La edad

Los niños pequeños son más directos a la hora de expresar sus sentimientos. Por lo tanto, es más probable que expresen sus emociones negativas hacia el objetivo original (independientemente de lo apropiado de la respuesta).

Por ejemplo, es probable que un niño de 4 años se limite a gritar a sus padres cuando está molesto. Por otro lado, un niño de 14 años podría desplazar su frustración con un padre peleando con un hermano menor.

Intensidad

Los impulsos o sentimientos muy molestos pueden dar lugar a mayores muestras de emoción hacia el objetivo sustitutivo. Por ejemplo, un impulso inapropiado (como el deseo de golpear a alguien) podría expresarse como un arrebato emocional muy cargado (como gritar a un cónyuge).

Frecuencia

La mayoría de las personas han experimentado la descarga de sus emociones negativas en un objetivo secundario. Aunque el desplazamiento puede ser una respuesta normal, puede cruzar la línea hacia un comportamiento inadaptado o incluso abusivo. Si una persona confía en el desplazamiento como mecanismo de defensa para lidiar con todo su malestar emocional, es menos probable que sea inútil y puede causar daño.

El desplazamiento puede manifestarse de dos formas diferentes. Puede mostrarse como ira hacia un objetivo menos amenazante, o puede ocurrir en una forma más adaptativa conocida como sublimación.

Sigmund Freud creía que un determinado subtipo de desplazamiento llamado sublimación servía como una importante fuente de creatividad e inspiración.

La sublimación consiste en desplazar los impulsos sexuales inaceptables hacia actividades no sexuales que son productivas y socialmente aceptables, como el trabajo y la creatividad. La sublimación proporciona una salida constructiva a los impulsos inaceptables.

Imagina que tu jefe te reprende en el trabajo. Desahogar tu ira o tu frustración directamente con tu jefe no sólo no sería prudente, sino que incluso podría costarte el puesto de trabajo. En su lugar, retienes (o reprimes) tus emociones hasta el final del día.

En cuanto llegas a casa, puedes desatar tu ira contra tu desprevenido compañero de piso o reaccionar de forma exagerada ante un acontecimiento desencadenante, como el mal comportamiento de tus hijos. La mayoría de las veces, el suceso desencadenante es relativamente insignificante. Es tu reacción la que es desproporcionada, incluso exagerada.

La rabia que sentías hacia tu jefe se acaba liberando, pero de forma indirecta. Es probable que las consecuencias de gritar a tu compañero de piso o de regañar a tus hijos sean menos graves que si hubieras descargado tu frustración contra tu jefe o tus compañeros de trabajo.
El objeto o la persona que se convierte en objeto de los sentimientos desplazados puede variar, pero normalmente se elige porque es menos amenazante (o incluso impotente).

Si alguna vez has descargado tus sentimientos negativos contra un amigo, un familiar o incluso un completo desconocido cuando estabas molesto por otra cosa, entonces has utilizado el desplazamiento como mecanismo de defensa (aunque no fueras consciente de ello).

Ejemplos de desplazamiento en psicología.

He aquí algunos escenarios imaginados (muchos de los cuales pueden sonarte o resultarte familiares) que ejemplifican el desplazamiento:

  • Un empleado es reprendido por su jefe por su mal desempeño durante una presentación. El empleado sale del trabajo para comer en un restaurante local donde grita al personal de servicio por un pequeño error en su pedido.
  • Estás frustrado con tu pareja porque no te ha ayudado en las tareas domésticas. Cuando les pides a tus hijos que empiecen sus tareas y ellos responden lloriqueando, tu ira estalla. Les gritas y les acusas de no ayudar nunca en la casa.
  • Una persona se siente atraída por el mejor amigo de su cónyuge, pero sabe que actuar en consecuencia tendría consecuencias catastróficas. En su lugar, el deseo que sienten se desplaza inconscientemente y desarrollan una preferencia por las gafas similares a las que lleva el mejor amigo de su cónyuge.
  • Pierdes tu trabajo y te cuesta encontrar uno nuevo. Ante el temor de no poder pagar las facturas, empiezas a descargar tu frustración y sentimiento de fracaso en otras personas de tu comunidad, culpándolas de tu incapacidad para encontrar empleo.

El desplazamiento puede provocar una reacción en cadena no deseada.

  • Expresiones inadecuadas de las emociones: Las emociones desplazadas suelen ser extremas y desproporcionadas.
  • Ciclos de ira y negatividad: La agresión desplazada, por ejemplo, puede convertirse en un ciclo. Por ejemplo, imagina a un empleado que está enfadado con su jefe. Al llegar a casa, descarga su ira en su cónyuge. Enfadado él mismo, el cónyuge puede estar irritado con sus hijos. A su vez, los niños pueden descargar sus frustraciones en los demás.
  • Problemas de relación: Dado que los seres queridos suelen ser el blanco de los sentimientos desplazados, puede dar lugar a sentimientos de resentimiento y conflicto que socavan la salud y la estabilidad de la relación.
  • Prejuicios: La agresión interpersonal desplazada también puede causar prejuicios contra grupos sociales específicos. Por ejemplo, algunos estudiosos han argumentado que la animosidad de los alemanes hacia el pueblo judío tras la Primera Guerra Mundial puede haber sido un ejemplo de sentimientos desplazados de ira por las ramificaciones económicas de la guerra.
  • El chivo expiatorio: En el ejemplo anterior, la gente redirigió su rabia hacia un grupo de personas que consideraban objetivos menos amenazantes en lugar de dirigir su ira colectiva hacia sus acciones o su gobierno. Este fenómeno también se conoce como chivo expiatorio.


Las investigaciones sobre la validez del desplazamiento han sido contradictorias. Por ejemplo, un estudio antiguo sugería que las pruebas empíricas apoyan poco el desplazamiento.15 Sin embargo, una investigación posterior realizada en 2015 apoyó la teoría de que los estados de excitación física y emocional tienden a trasladarse de una situación a otra.

Por ejemplo, aunque te reprimas en un entorno social porque reaccionar sería inapropiado, reprimir tus sentimientos no hará que desaparezcan. Tu estado emocional seguirá siendo el mismo. Más adelante, es posible que te encuentres en un entorno en el que puedas reaccionar con menos consecuencias, momento en el que darás rienda suelta a los sentimientos que reprimiste.

Otros estudios también han ofrecido un amplio apoyo a los mecanismos de defensa, incluido el desplazamiento, como importantes para la salud y las relaciones humanas. Analizando los datos de un estudio longitudinal de 70 años, un grupo de investigadores descubrió que los mecanismos de defensa psicológica podrían influir tanto en el cuerpo como en la mente.

Los participantes que utilizaron mecanismos de defensa adaptativos (incluido el desplazamiento) a mitad de la vida tuvieron una mejor salud física más adelante. Las defensas maduras (como la sublimación) pueden desempeñar un papel clave en la creación de relaciones sociales sólidas y de apoyo, lo que contribuye a mejorar la salud física.

La dependencia excesiva del desplazamiento o de cualquier otro mecanismo de defensa puede ser problemática o, como mínimo, poco útil. Si te preocupa el uso del desplazamiento como mecanismo de defensa, es algo que puedes abordar con un terapeuta o consejero como parte de la psicoterapia. Puede ser útil observar tu propio comportamiento para tener una mejor idea de si utilizas el desplazamiento de manera útil.

Evaluar

Uno de los primeros pasos es también uno de los más difíciles: observar tu comportamiento y tus acciones y determinar si el desplazamiento podría estar causándolos. El desplazamiento no es algo que pueda verse fácilmente. A menudo, sólo es posible hacer inferencias basadas en lo que puedes examinar de tu propio comportamiento.

En esta etapa, puede ser útil trabajar con un terapeuta. Este puede observar tu comportamiento desde un punto de vista «externo» y ayudarte a ver las cosas desde una perspectiva más objetiva.

Un terapeuta es capaz de presenciar (y señalar) las contradicciones entre tu comportamiento y tus palabras, lenguaje corporal u otras señales.

Por ejemplo, puedes decirle al terapeuta que no te importa que tu cónyuge trabaje hasta tarde y los fines de semana, pero tu lenguaje corporal y tu discurso pueden sugerir lo contrario. A medida que comparta más tu comportamiento, podría quedar claro que cuando estás de mal humor con tus hijos por la noche, en realidad es una señal de la frustración que sientes con tu cónyuge.

Reflexionar

La reflexión es una estrategia que los terapeutas pueden utilizar para ayudarte a reconocer cuándo estás utilizando mecanismos de defensa como el desplazamiento. Con esta estrategia, el terapeuta le devuelve sus sentimientos de forma que le anima a considerar lo que ha hecho o dicho.

El objetivo de la técnica de reflexión es revelar las preocupaciones ocultas que han influido en tu comportamiento.

Por ejemplo, mientras le cuentas a tu terapeuta que has expresado tu enfado con un compañero de trabajo, podrías revelar una de tus preocupaciones subyacentes: que tu nuevo jefe no reconozca tus talentos y esfuerzos. En lugar de expresar tus emociones a tu jefe (un objetivo amenazante), descargaste tu frustración en tu compañero de trabajo (un objetivo menos amenazante).

Reencuadre

Una vez que empieces a reconocer los episodios de desplazamiento no saludable en tu propia vida, el siguiente paso es buscar formas intencionadas de alterar tu pensamiento y comportamiento. Por ejemplo, si le gritas a tu pareja porque estás desplazando tus frustraciones del trabajo, detente, da un paso atrás y tómate un momento para recuperar el control.

Cuando te encuentres con comportamientos inadaptados causados por el desplazamiento, intenta replantear la situación y encontrar una salida más saludable para tus sentimientos.

Haz un esfuerzo consciente para redirigir tus sentimientos negativos hacia un objetivo apropiado. Las salidas alternativas podrían incluir escribir sobre una situación y cómo se siente, participar en un deporte o ejercicio físico, o dedicarse a un pasatiempo productivo.

Al igual que otros mecanismos psicológicos de defensa, el desplazamiento puede ser una forma normal y saludable de afrontar las emociones negativas inconscientes. Sin embargo, confiar excesivamente en el desplazamiento como forma de manejar los sentimientos negativos puede ser poco útil e incluso destructivo, sobre todo si descargas tus frustraciones en las personas indefensas que te rodean.

Puede ser difícil reconocer nuestro propio desplazamiento, si te preocupa cómo utilizas este mecanismo de defensa, la terapia puede ayudarte a ver cuándo tus acciones, palabras o comportamientos son realmente un mecanismo de defensa. Una vez que aprendes a reconocer el desplazamiento, puedes tomar medidas para desafiar el mecanismo de defensa y encontrar formas más eficaces de afrontarlo.

Ismael Abogado

Ismael Abogado

Psicólogo y aprendiz constante de la mente y el alma.

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