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Asertividad ¿Qué es? Descubre cómo puede mejorar tu vida

La asertividad puede ayudarte a controlar el estrés y la ira y a mejorar tu capacidad de afrontamiento. Reconoce y aprende el comportamiento y la comunicación asertivos.

Ser asertivo es una de las principales habilidades comunicativas. La asertividad puede ayudarte a expresarte con eficacia y a defender tu punto de vista. También puede ayudarte a hacerlo respetando los derechos y creencias de los demás.

Ser asertivo también puede ayudarte a aumentar tu autoestima y a ganarte el respeto de los demás. También puede ayudarte a controlar el estrés. Puede ayudarte especialmente a reducir el estrés si tiendes a asumir demasiadas responsabilidades porque te cuesta decir que no.

Algunas personas parecen ser asertivas por naturaleza. Pero si no eres asertivo, puedes aprender a serlo.

Como la asertividad se basa en el respeto mutuo, es un estilo de comunicación eficaz y diplomático. Ser asertivo demuestra que te respetas a ti mismo porque estás dispuesto a defender tus intereses y expresar lo que piensas y sientes. También demuestra que eres consciente de los derechos de los demás y estás dispuesto a trabajar para resolver conflictos.

Por supuesto, lo importante no es sólo lo que dices -tu mensaje-, sino también cómo lo dices. La comunicación asertiva es directa y respetuosa. Ser asertivo te da la mejor oportunidad de transmitir con éxito tu mensaje. Si te comunicas de forma demasiado pasiva o agresiva, tu mensaje puede perderse porque la gente está demasiado ocupada reaccionando a lo que dices.

Asertividad frente a pasividad

Si tu estilo es pasivo o no asertivo, puedes parecer tímido o demasiado relajado. Es posible que digas habitualmente cosas como «aceptaré lo que decida el grupo». Tiendes a evitar los conflictos. ¿Por qué es un problema? Porque el mensaje que envías es que tus pensamientos y sentimientos no son tan importantes como los de los demás. En esencia, cuando eres demasiado pasivo, permites que los demás ignoren tus deseos y necesidades.

Considera este ejemplo: Dices que sí cuando un compañero te pide que te encargues de un proyecto, aunque ya estés ocupado. El trabajo extra significa que tendrás que hacer horas extras y perderte el partido de fútbol de tu hija. Puede que tu intención sea mantener la paz. Pero decir siempre que sí puede envenenar tus relaciones. Y lo que es peor, puede causarte conflictos internos porque tus necesidades y las de tu familia siempre están en segundo lugar.

El conflicto interno que puede crear el comportamiento pasivo puede conducir a:

  • Estrés
  • Resentimiento
  • Ira
  • Sentimiento de victimización
  • Deseo de venganza
  • Dudar o cuestionar nuestro propio juicio

Comportamiento asertivo frente a agresivo

Ahora considere el otro lado. Si tu estilo es agresivo, puedes parecer un matón que ignora las necesidades, sentimientos y opiniones de los demás. Puedes parecer un santurrón o un superior. Las personas muy agresivas avergüenzan, intimidan y asustan a los demás, e incluso pueden resultar físicamente amenazadoras.

Puedes pensar que siendo agresivo consigues lo que quieres. Sin embargo, tiene un coste. La agresividad debilita la confianza y el respeto mutuo. Los demás pueden llegar a resentirse contigo, lo que les lleva a evitarte u oponerse a ti.

Comportamiento asertivo frente a pasivo-agresivo

Consideremos ahora el comportamiento pasivo-agresivo. Si se comunica de forma pasivo-agresiva, puedes decir que sí cuando lo que quieres es decir que no. Puedes ser sarcástico o quejarte de los demás a sus espaldas.

En lugar de enfrentarte directamente a un problema, puedes mostrar tu enfado y tus sentimientos a través de tus acciones o tu actitud negativa. Es posible que hayas desarrollado un estilo pasivo-agresivo porque te incomoda ser directo con tus necesidades y sentimientos.

¿Cuáles son los inconvenientes de un estilo de comunicación pasivo-agresivo? Con el tiempo, el comportamiento pasivo-agresivo daña las relaciones y debilita el respeto mutuo. Esto dificulta que consigas tus objetivos y necesidades.

Ser asertivo suele considerarse un estilo de comunicación más saludable. La asertividad ofrece muchas ventajas. Te ayuda a evitar que la gente se aproveche de ti. También puede ayudarte a no actuar como un matón con los demás.

Comportarse de forma asertiva puede ayudarte:

  • Ganar confianza en uno mismo y autoestima
  • Adquirir una sensación de autonomía
  • Comprender y reconocer sus sentimientos
  • Ganarse el respeto de los demás
  • Mejorar la comunicación
  • Crear situaciones beneficiosas para todos
  • Mejore su capacidad para tomar decisiones
  • Crear relaciones honestas
  • Aumentar la satisfacción en el trabajo

Aprender a ser más asertivo también puede ayudarte a expresar eficazmente tus sentimientos cuando te comuniques con otras personas sobre algún tema.

Las personas desarrollan diferentes estilos de comunicación en función de sus experiencias vitales. Tu estilo puede estar tan arraigado que ni siquiera seas consciente de cuál es. La gente tiende a mantener el mismo estilo de comunicación a lo largo del tiempo. Pero si quieres cambiar tu estilo de comunicación, puedes aprender a comunicarte de formas más sanas y eficaces.

Aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a ser más asertivo:

  • Evalúa tu estilo. ¿Expresas tus opiniones o permanece en silencio? ¿Dices que sí al trabajo adicional aunque tengas la agenda llena? ¿Te apresuras a juzgar o a culpar? ¿Parece que la gente teme hablar contigo? Analiza tu estilo comunicativo antes de empezar a hacer cambios.
  • Utiliza frases con «yo». Utilizar frases con «yo» permite que los demás sepan lo que piensas o sientes sin que suene acusador. Por ejemplo, diga «No estoy de acuerdo» en lugar de «Se equivoca». Si tienes una petición, di: «Me gustaría que me ayudaras con esto» en lugar de: «Tienes que hacer esto». Haz peticiones sencillas, concretas y claras.
  • Practica decir que no. Si te cuesta rechazar peticiones, prueba a decir: «No, ahora no puedo hacerlo». Recuerda que no es una frase completa y que no necesitas explicar por qué decides decir que no. No vaciles: sé directo. Si es necesaria una explicación, que sea breve.
  • Ensaya lo que quieres decir. Si te resulta difícil decir lo que quieres o piensas, practica las situaciones generales que se te presenten. Di lo que quieres decir en voz alta. También puede ser útil escribirlo antes para practicar con un guion. Considera la posibilidad de representarlo con un amigo o compañero y pedirle que te dé su opinión.
  • Utiliza el lenguaje corporal. La comunicación no es sólo verbal. Actúa con confianza aunque no la sientas. Mantén una postura erguida, pero inclínate un poco hacia delante. Mantén un contacto visual regular. Mantén una expresión facial neutra o positiva. No cruces los brazos ni las piernas. Mire a la persona de frente. Practica el lenguaje corporal asertivo delante de un espejo o con un amigo o colega. Además de lo que digas, tu lenguaje corporal y tus expresiones faciales también son importantes.
  • Controla tus emociones. Los conflictos son duros para la mayoría de la gente. Puede que te enfades o te sientas frustrado, o que tengas ganas de llorar. Aunque estos sentimientos son típicos, pueden obstaculizar la resolución de conflictos. Si te sientes demasiado emocionado al enfrentarte a una situación, espera un poco si es posible. Luego trabaja para mantener la calma. Respire despacio. Mantén la voz uniforme y firme.
  • Empieza poco a poco. Al principio, practica tus nuevas habilidades en situaciones de bajo riesgo. Por ejemplo, pruebe su asertividad con un compañero o amigo antes de abordar una situación difícil en el trabajo. Evalúese a sí mismo después y ajuste su enfoque según sea necesario.

¿Necesitas ayuda para desarrollar tu asertividad?

Recuerda que aprender a ser asertivo requiere tiempo y práctica. Si has pasado años silenciándote, es probable que ser más asertivo no ocurra de la noche a la mañana. O si la ira te lleva a ser demasiado agresivo, puede que necesites aprender algunas técnicas de control de la ira.

Si, a pesar de tus esfuerzos, no consigues ser más asertivo, plantéate recibir formación formal en asertividad. Y si ciertos problemas como la ira, el estrés, la ansiedad o el miedo se interponen en tu camino, considera la posibilidad de hablar con un profesional de la salud mental. La recompensa merecerá la pena. Si te vuelves más asertivo, empezarás a expresar tus verdaderos sentimientos y necesidades con más facilidad. Incluso puede que consigas más de lo que quieres.

Ismael Abogado

Ismael Abogado

Psicólogo y aprendiz constante de la mente y el alma.

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