El autoconocimiento está relacionado con un mayor bienestar, y cualquiera puede mejorarlo con las técnicas adecuadas. He aquí cómo empezar.
Ser conscientes de uno mismo, de nuestros pensamientos, emociones y acciones son la base del bienestar mental.
En algún momento entre los 1 y 3 años, los bebés humanos empiezan a desarrollar un sentido de autoconciencia. Empiezan a verse a sí mismos como algo separado de sus padres, a reconocer su propio nombre y a utilizar pronombres como «yo» y «me».
La autoconciencia -la capacidad de centrar la atención en nosotros mismos y autoevaluarnos- sigue desarrollándose y avanzando a lo largo de nuestra vida. En última instancia, nos permite entendernos a nosotros mismos y conectar con el mundo que nos rodea.
A muchos de nosotros nos vendría bien conocernos un poco mejor, incluso cuando creemos que sabemos todo lo que hay que saber. De hecho, podemos seguir desarrollando la autoconciencia durante toda nuestra vida.
La autoconciencia nos permite vernos a nosotros mismos con más claridad, comprender mejor cómo nos ven los demás y apreciar nuestra conexión con los demás y cómo encajamos en este mundo.
¿Por qué es importante ser consciente de uno mismo?
La autoconciencia implica la capacidad de vernos a nosotros mismos con claridad, reconocer cómo nos ven los demás y comprender cómo encajamos en la sociedad y en el mundo.
Un estudio de 2017 descubrió que las personas que se autorreflexionaban y tenían una alta conciencia de sí mismas tendían a tener una imagen más positiva de sí mismas y una comprensión más profunda de los demás. Esto a menudo puede conducir a una mayor empatía.
Los que tienen una mayor conciencia de sí mismos también tienden a ser más proactivos en un entorno de trabajo y a mostrar mejores habilidades de comunicación.
Según un estudio de 2016, el aumento de las características positivas que se derivan de una alta conciencia de sí mismo puede conducir a un mayor bienestar.
Cómo desarrollar la autoconciencia
Cualquiera puede desarrollar una mayor conciencia de uno mismo. Sólo hace falta voluntad y un poco de práctica.
Aquí tienes siete consejos que pueden ayudarte a empezar:
Escribir un diario
Llevar un diario puede ayudarte a comprender mejor tus emociones y fomentar la reflexión periódica. Al final de cada día, intenta escribir cualquier acontecimiento memorable.
Puedes empezar respondiendo a las siguientes preguntas:
- ¿Qué ha pasado hoy?
- ¿Qué ha sido lo más significativo de mi día?
- ¿Cuáles han sido los mejores y peores momentos de mi día?
- ¿Cuáles han sido mis emociones dominantes hoy?
- ¿He experimentado algún conflicto hoy?
- ¿Qué podría haber hecho mejor hoy?
- ¿Cómo creo que he hecho sentir a alguien hoy?
Además de escribir en tu diario, también puede ser útil leer las entradas de tu diario anterior de vez en cuando, para que puedas ver cómo has cambiado y evolucionado.
Busca la opinión de los demás
Busca a un amigo o familiar de confianza y pídele que te dé una opinión sincera.
Puedes decirles que estás intentando desarrollar un mayor conocimiento de ti mismo y que agradecerías respuestas sinceras a tus preguntas (no respuestas que sólo te hagan sentir mejor).
Puedes preguntarle a tu pareja cosas como
- ¿Cuál es mi mayor fortaleza?
- ¿Qué es lo que podría mejorar?
- ¿Qué dinámica aporto a una situación social?
- ¿Soy una persona a la que suele acudir en busca de consejo o consuelo?
- ¿Cuándo estoy en mi mejor momento?
- ¿Cuáles son mis valores en mis relaciones y en el trabajo?
- ¿Tengo puntos fuertes en un contexto que pueden ser una debilidad en otro (y viceversa)?
Recuerda: La clave para que esta conversación sea productiva es tratar de evitar ponerse a la defensiva. En la medida de lo posible, escucha lo que te dicen y trata de absorber esta nueva información.
También puedes considerar cómo coinciden sus respuestas con lo que tú piensas de ti mismo.
Ten claros tus valores personales
Uno de los elementos más importantes del autoconocimiento es comprender por qué haces lo que haces.
Entender la raíz de tus comportamientos y acciones requiere conocer tus valores personales. Si te das cuenta de que tus elecciones no están en consonancia con tus valores, eso puede ser un signo de falta de autoconciencia.
En otras palabras, la autoconciencia significa vivir una vida intencionada y reflexiva. Identificar tus valores personales desempeña un papel importante para poder alcanzar este objetivo. Para descubrir tus valores, es posible que quieras
- Hacer una lista de todos tus valores y luego tratar de categorizarlos y reducirlos a los que son más importantes para ti.
- Reflexionar sobre los valores que sigue sistemáticamente y los que a veces abandona.
- Busca filosofías y citas que te resulten familiares.
- Considera en qué concentras tu energía y si hay aspectos de tu vida en los que quieres concentrar más (o menos) energía.
Leer ficción
Leer ficción nos permite ponernos en la piel de otros, lo que puede ayudarnos a desarrollar la empatía y las habilidades sociales. Un estudio de 2006 descubrió que las personas que leen ficción literaria obtienen mejores resultados en las pruebas de empatía y perspicacia social.
La próxima vez que tengas un poco de tiempo libre, considera coger una novela popular
Practica la gratitud
Cada mañana, piensa en una cosa de tu vida que agradezcas.
Puede ser una persona concreta, tu salud, un trabajo, una mascota, los árboles o cualquier cosa que sea especial para ti. Piensa en esa persona o cosa y tómate un momento para sentir gratitud en tu corazón. También puedes llevar una lista de las cosas por las que estás agradecido en un diario.
Practicar la gratitud puede ayudarte a desarrollar una conciencia más profunda de tu conexión con el mundo que te rodea. También es útil para entender qué es lo más importante para ti.
Examina tus reacciones instintivas
Si algo te enfada o molesta de repente, en lugar de reaccionar, respira hondo y permítete considerar qué puede haber debajo de tu respuesta emocional.
Considera qué es lo que te hace reaccionar y qué puedes hacer para ayudar a la situación en lugar de agravarla.
Además, cuando estés en un estado más relajado, intenta reflexionar sobre si
- Hay situaciones específicas que te hacen sentir particularmente emocional
- Hay personas con las que tienes conflictos constantes (¿sabes por qué?)
- Puedes identificar tus desencadenantes emocionales
- Te sientes seguro regulando tus emociones antes de reaccionar
- Consideras las perspectivas de otras personas además de las tuyas propias
Practicar la atención plena
La meditación de atención plena, que tiene sus raíces en la filosofía budista, puede ayudarte a permanecer en el momento presente y a percibirte a ti mismo de una manera más saludable.
La meditación de atención plena implica dos aspectos, la atención y la aceptación:
- La atención te permite permanecer en el momento presente y dirigir tu conciencia a la respiración u otras sensaciones del cuerpo.
- La aceptación implica observar cualquier sentimiento, pensamiento o sensación sin juzgarlo.
Las investigaciones realizadas en 2012 demuestran que la atención plena nos ayuda a desarrollar la autoconciencia, la autorregulación y una relación positiva con nosotros mismos y con los demás. Esta conexión se extiende más allá de nuestras necesidades centradas en el yo y mejora nuestra empatía.
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¿Qué causa la falta de autoconciencia?
La evidencia sugiere que solo una pequeña minoría de personas es suficientemente autoconsciente.
Por ejemplo, la investigadora y psicóloga organizacional Tasha Eurich descubrió en su estudio de 2018 sobre la autoconciencia que, de las personas que se identifican como autoconscientes, solo entre el 10 y el 15 por ciento cumplen los criterios de autoconciencia.
Eurich desglosa los criterios de autoconciencia en dos categorías distintas: autoconciencia interna y externa.
La autoconciencia interna significa que uno tiene claro quién es y cuáles son sus valores. Este sentido de sí mismo es coherente con su forma de pensar, reaccionar y tratar a los demás.
Por el contrario, la autoconciencia externa es cuando se tiene una idea clara de cómo le perciben los demás. Si no tienes conciencia de ti mismo, puedes centrarte en tu apariencia hasta el punto de ignorar lo que realmente te importa para mantener esa imagen.
En cambio, tener conciencia de sí mismo tanto interna como externa incluye
- Saber quién eres y qué quieres conseguir
- Comprender el impacto de su comportamiento en los demás.
- Buscar opiniones diferentes a las tuyas
- El conocimiento de uno mismo es uno de los componentes básicos de la inteligencia emocional. Las personas con poca inteligencia emocional suelen tener dificultades para comprender sus propias emociones. Pueden tener frecuentes estallidos de emociones o ser incapaces de identificar cómo se sienten.
Estos son algunos de los principales signos de falta de autoconciencia:
- Falta de responsabilidad. Puedes alabarte a sí mismo cuando las cosas van bien, pero tiendes a poner excusas o culpar a otros cuando las cosas van mal.
- Despreciar a los demás. Puedes desestimar a los demás cuando cuestionan tus creencias. Un estudio de 2018 descubrió que las personas con creencias más radicales mostraban menos perspicacia sobre la corrección de sus ideas y no tenían en cuenta ninguna evidencia contraria.
- Tener dificultades para regular las emociones. Puede que te cueste identificar y gestionar tus emociones.
- No pensar en las acciones. Es posible que no sea capaz de explicar las razones de sus acciones y que a menudo actúe de forma impulsiva.
- Sentirse apático. Puede resultarle difícil empatizar con los demás y escuchar las experiencias de otras personas.
- Juzgar a los demás. Puedes juzgar a los demás sin conocer los hechos, basándote en tus propias percepciones y opiniones.