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¿Qué es la positividad tóxica?

La positividad tóxica es la creencia de que, por muy grave o difícil que sea una situación, la gente debe mantener una mentalidad positiva. Es un enfoque de la vida de «sólo buenas vibraciones». Y aunque ser optimista y tener un pensamiento positivo tiene sus ventajas, la positividad tóxica rechaza las emociones difíciles en favor de una fachada alegre, a menudo falsamente positiva.

Todos sabemos que tener una visión positiva de la vida es bueno para el bienestar mental. El problema es que la vida no siempre es positiva. Todos nos enfrentamos a emociones y experiencias dolorosas. Esas emociones, aunque a menudo son desagradables, son importantes y necesitan ser sentidas y tratadas abierta y honestamente.

La positividad tóxica lleva el pensamiento positivo a un extremo sobregeneralizado. Esta actitud no sólo subraya la importancia del optimismo, sino que minimiza y niega cualquier rastro de emociones humanas que no sean estrictamente felices o positivas.

La depresión oculta puede ser difícil de percibir.

La positividad tóxica puede adoptar una gran variedad de formas. Algunos ejemplos que puedes haber encontrado en tu propia vida:

  • Cuando ocurre algo malo, como perder el trabajo, la gente te dice que «sólo seas positivo» o «mira el lado bueno». Aunque estos comentarios suelen tener la intención de ser comprensivos, también pueden ser una forma de acallar cualquier cosa que quieras decir sobre lo que estás viviendo.
  • Después de experimentar algún tipo de pérdida, la gente te dice que «todo pasa por una razón». Aunque la gente suele hacer estas afirmaciones porque cree que son reconfortantes, también es una forma de evitar el dolor ajeno.
  • Cuando expresas decepción o tristeza, alguien te dice que «la felicidad es una elección». Esto sugiere que si estás sintiendo emociones negativas, entonces es tu propia culpa por no «elegir» ser feliz.
  • Este tipo de afirmaciones suelen ser bienintencionadas: la gente no sabe qué más decir y no sabe ser empática. Sin embargo, es importante reconocer que estas respuestas pueden ser perjudiciales.

En el mejor de los casos, estas afirmaciones resultan ser tópicos trillados que le permiten a uno desentenderse de los sentimientos de los demás. En el peor de los casos, estos comentarios acaban avergonzando y culpando a personas que a menudo se enfrentan a situaciones increíblemente difíciles.

El positivismo tóxico niega a las personas el apoyo auténtico que necesitan para afrontar lo que se les viene encima.

La felicidad según la psicología


La positividad tóxica puede perjudicar a las personas que atraviesan momentos difíciles. En lugar de poder compartir emociones humanas genuinas y obtener apoyo incondicional, las personas se encuentran con que sus sentimientos son desestimados, ignorados o directamente invalidados.

  • Es una vergüenza: Cuando alguien sufre, necesita saber que sus emociones son válidas, pero que puede encontrar alivio y amor en sus amigos y familiares. La positividad tóxica dice a las personas que las emociones que sienten son inaceptables.
  • Provoca culpa: Envía el mensaje de que si no encuentras una forma de sentirte positivo, incluso ante la tragedia, es que estás haciendo algo mal.
  • Evita la auténtica emoción humana: La positividad tóxica funciona como un mecanismo de evasión. Cuando otras personas adoptan este tipo de comportamiento, les permite eludir situaciones emocionales que podrían hacerles sentir incómodos. Pero a veces volvemos estas mismas ideas contra nosotros mismos, interiorizando estas ideas tóxicas. Cuando sentimos emociones difíciles, las descartamos, descartamos y negamos.
  • Esto impide el crecimiento: Nos permite evitar sentir cosas que pueden ser dolorosas, pero también nos niega la capacidad de enfrentarnos a los sentimientos desafiantes que, en última instancia, pueden conducir al crecimiento y a una visión más profunda.


El mantra de «sólo vibraciones positivas» puede ser especialmente irritante en momentos de intensa angustia personal. Cuando las personas se enfrentan a situaciones como problemas económicos, pérdida de empleo, enfermedad o pérdida de un ser querido, que les digan que tienen que ver el lado bueno de las cosas puede parecer francamente cruel.

Es posible ser optimista ante experiencias y retos difíciles. Pero las personas que atraviesan un trauma no necesitan que se les diga que sean positivas o que sientan que se les juzga por no mantener una perspectiva alegre.

La positividad tóxica puede ser a menudo sutil, pero aprender a reconocer las señales puede ayudarte a identificar mejor este tipo de comportamiento. Algunas señales son

  • Ignorar los problemas en lugar de afrontarlos
  • Sentirse culpable por estar triste, enfadado o decepcionado
  • Ocultar tus verdaderos sentimientos detrás de frases para sentirse bien que parecen más aceptables socialmente
  • Ocultar o disimular cómo te sientes realmente
  • Minimizar los sentimientos de los demás porque te incomodan
  • Avergonzar a otras personas cuando no tienen una actitud positiva
  • Intentar ser estoico o «superar» las emociones dolorosas

Si te has visto afectado por la positividad tóxica -o si reconoces este tipo de comportamiento en ti mismo- hay cosas que puedes hacer para desarrollar un enfoque más saludable y solidario. Algunas ideas son

  • Gestiona tus emociones negativas, pero no las niegues. Las emociones negativas pueden causar estrés cuando no se controlan,1 pero también pueden proporcionar información importante que puede conducir a cambios beneficiosos en su vida.
  • Sé realista sobre lo que debes sentir. Cuando te enfrentas a una situación estresante, es normal que te sientas estresado, preocupado o incluso temeroso. No esperes demasiado de ti mismo. Céntrate en el autocuidado y en tomar medidas que puedan ayudar a mejorar tu situación.
  • Está bien sentir más de una cosa. Si te enfrentas a un reto, es posible que te sientas nervioso por el futuro y también esperanzado de que tendrás éxito. Tus emociones son tan complejas como la propia situación.
  • Céntrate en escuchar a los demás y mostrarles apoyo. Cuando alguien exprese una emoción difícil, no lo acalles con tópicos tóxicos. En su lugar, hazle saber que lo que siente es normal y que estás ahí para escucharle.
  • Observa cómo te sientes tú. Seguir cuentas «positivas» en las redes sociales puede servir a veces como fuente de inspiración, pero presta atención a cómo te sientes después de ver e interactuar con ese contenido. Si te sientes avergonzado o culpable después de ver publicaciones «edificantes», puede deberse a una positividad tóxica. En estos casos, considera la posibilidad de limitar tu consumo de redes sociales.

Date permiso para experimentar tus sentimientos. En lugar de intentar evitar las emociones difíciles, date permiso para sentirlas. Estos sentimientos son reales, válidos e importantes. Pueden proporcionar información y ayudarte a ver cosas sobre una situación que necesitas trabajar para cambiar.

Esto no significa necesariamente que debas actuar ante cada emoción que sientas. A veces es importante sentarse con los sentimientos y darse el tiempo y el espacio para procesar la situación antes de actuar.

Así que cuando estés pasando por algo duro, piensa en formas de dar voz a tus emociones de una manera que sea productiva. Escribe en un diario. Habla con un amigo. Las investigaciones sugieren que el mero hecho de poner en palabras lo que se siente puede ayudar a reducir la intensidad de esos sentimientos negativos

La positividad tóxica es a menudo sutil, y todos hemos participado en este tipo de pensamiento en un momento u otro. Sin embargo, si aprendes a reconocerlo, podrás librarte mejor de este tipo de pensamiento y proporcionar (y recibir) un apoyo más auténtico cuando estés pasando por algo que no sea fácil.

Empieza a darte cuenta de las afirmaciones tóxicas y esfuérzate por permitirte a ti mismo y a los demás sentir tus emociones, tanto las positivas como las negativas.

Ismael Abogado

Ismael Abogado

Psicólogo y aprendiz constante de la mente y el alma.

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